Seruen

Pocos minutos después yo ya estaba con mis seis botellas de vino adjudicadas sobre la mesa, y el baile volvía a la normalidad. Esta vez los prometidos empezaban a bailar con los invitados en la gran sala y los violinistas se animaban más y más. Yo apenas tenía noción del tiempo puesto que tenía demasiadas copas de más en mi cuerpo. Bailé con alguna que otra jovencita animada que se creería importante por bailar con el morenazo del lugar. Puaj, me lo tenía hasta muy creído, condenado alcohol. Fui cambiando y cambiando de pareja, hasta que me di cuenta que tenía delante a la "exce

-¡Bienvenidos al baile del duque Clistorf y su prometida Astrid!- Gritaban los guardias del palacio, galardonados con ropas de pura seda y plumas de vete tú a saber qué ave importante. Entramos poco a poco en palacio, detrás de Bonnelf, con pose firme. Más me valía estar semi-presentable, ya que si no habría sido la última vez que pisara su barcos, si le dejábamos en ridículo. Y claro, no íbamos a hacer eso nada más entrar… ¿Qué pasaría sino cuando estuviéramos borrachos? Había que dejar lo mejor para media noche, por supuesto. -Hoy anunciará la f

Todo hombre de la época sueña con tener terrenos, un caserón, una mujer, una familia, y todas esas cosas que a un servidor le parecen completamente repugnantes. Yo creo que lo que uno tiene que hacer es vivir, emborracharse cada día todo lo que pueda y más, y disfrutar de la vida. Porque yo soy de esas personas que piensan que para qué vivir una vida sana alimenticia y todo lo que eso conlleva, si un día puede pillarte una tormenta en alta mar y a tomar por saco todo. Trabajo como parte de la flota del capitán, el capitán Bonnelf. Es el típico hombre gordo, alto, de espalda ancha, calvo y co